Ishbaal, el único hijo sobreviviente de Saúl, se convierte en rey de las otras tribus, pero el verdadero poder detrás del trono es el general Abner. Durante los siguientes años hay una guerra civil entre el ejército de David, comandado por su general Joab, y el ejercito de Ishbaal comandando por Abner.
Ishbaal es asesinado por dos de sus capitanes, y Abner es asesinado por Joab. David no mató a los dos hombres, hasta hizo luto público por ellos, pero esas muertes lo beneficiaron ya que eliminaron el obstáculo para que David se hiciese rey de todas las tribus.
David tuvo tanto éxito como rey como lo tuvo como jefe de una banda y como mercenario. Conquistó Jerusalén y la convirtió en la capital de su reino. Luego trajo el arca de Dios, donde se guardaban las tablas de los 10 Mandamientos, lo cual convirtió a Jerusalén en la capital religiosa del pueblo hebreo. Este es su legado más duradero. Incluso hasta nuestros días, Jerusalén es el centro político y religioso de nuestra nación.
David no se conforma con ser rey de un pequeño país. Hace la guerra a los países vecinos, los conquista o los hace sus vasallos.
Durante una de estas guerras permaneció en Jerusalén, mientras que su general Joab dirigió la campaña con el ejército.
Y ahora viene uno de los más famosos incidentes en la vida de David. Una tarde calurosa, mientras él está disfrutando de una fresca brisa en la azotea de su palacio, ve en el techo de una casa cercana a una mujer hermosa que está tomando un baño. Le ordena a sus sirvientes que la traigan al palacio. Bathsheba, una mujer casada, no se hace de rogar, visita a David y queda embarazada.
David, para evitar un escándalo, da órdenes a Joab para enviar a Urías, el esposo de Bathsheba, que es un oficial en el ejército, en una misión que está garantizada para que los enemigos lo maten en la batalla. Este es el único asesinato que la Biblia atribuye directamente a David.
David fue un gran rey y un gran general, pero un mal padre. Tuvo muchas esposas e hijos con varias de ellas. Pero es una familia disfuncional, debido a que David no era capaz de imponer disciplina a sus hijos. Todos ellos crecieron pensando que podían hacer lo que les venía en gana. El mayor, Amnón, heredero al trono, violó a su media hermana Tamar, y David no lo castigo. Ni siquiera le habló al respecto.
Absalón, otro de los hijos de David, hermano de Tamar de la misma madre, no era tan indulgente, pero guardó silencio durante un par de años.
Luego, cuando Amnón ya había olvidado el incidente, Absalón lo invitó a un banquete en su casa de campo, y allí dio ordenes a sus sirvientes para que lo maten.
Matar a un hermano es un delito más grave que simplemente violar a una hermana, así que Absalón no quiso correr riesgos de que David decidiese castigarlo, y huyó a un país extranjero.
Finalmente David le permitió volver, y durante los siguientes años Absalón hizo todo lo posible para volverse más popular que su padre, y, cuando pensó que había llegado el momento, lideró una rebelión y se proclamó rey.
David tiene que escapar de Jerusalén con un puñado de sus seguidores. Envía a uno de sus hombres a la corte de Absalón como quinta columnista para darle un mal consejo, reorganiza su ejército, y derrota a las fuerzas de Absalón, quien es asesinado por Joab, en contra de las órdenes de David. David llora a su hijo, pero no castiga a Joab.
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